21 Oct 2014

Máncora - Perú



Con una ida solitaria, oscura, fría y larga llegue temprano a este pueblo que mi imaginación lo pintaba como Montañita pero el espíritu es distinto. Puede que las calles sean similar, se encuentre el mismo estilo de personalidades, bastantes cabelleras rubias, pieles rojas y locales rayados pero el espíritu es distinto, más sencillo, menos fiestero, más relajado.

Dependiendo que se busque en el viaje, uno se acopla a lo que encuentra, yo, estrenando deseos, buscaba olas.
Tuve suerte el primer día, condiciones no eran perfectas pero las ideales para mí, cada vez aprendiendo más sobre mi cuerpo, mi tabla y mi voluntad, contando con una buena guía y buena compañía. Siempre encuentro divertirme con los distintos personajes que elijo, es importante  elegir a las personas correctas para compartir tu historia.
mascotas nos acompañaron en todo el camino de este viaje, perros fieles, perros locos, perros que se arrastraban por pan y una pareja de gato y perro que eran un ejemplo de Amistad genuine.
Los colores que explotan al momento que el sol se esconde hacían ver a la paleta cromática insignificante, los atardeceres de este lugar me dejaron estupefacta, sin palabras, sin aliento, más que las olas que me revolcaron.
Esos segundos que parecen horas bajo el agua pensaba en lo que una vez me dijo Michugo. “en el agua, debes ser agua” y así fue.
 
Enjoy.
 
  esperando que su dueño deje de jugar
 
 
 
  el pan que nos dejó chiras
 
 
 
mejores amigos
 
 
 
la parte de las algas


 
los espectáculos







 
la compañía


el arte



 


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